
Juan José Urbina
Hace algunos días me crucé con un estudio sobre el impacto de la inversión en educación para la primera infancia –etapa que se mide desde cero hasta seis a
Hasta la fecha ha pasado casi desapercibida y ha sido motivo de una que otra celebración y algarabía, pero si volcamos nuestra atención, nos daremos cuenta como la Ley de Turismo merece menos alegr
En El Salvador no tenemos una crisis de las finanzas públicas, tenemos una crisis política. Fue el enunciado de inicio de mi anterior columna, y los acontecimientos de la última semana hacen necesario que la vuelva a retomar para la presente columna de conclusión.
Si nos ponemos a pensar por qué más nos conocen en el mundo, posiblemente es por nuestras condiciones económicas y sociales, que nos etiquetan como país tercermundista. Sin embargo, en la actualidad tanto El Salvador como el resto de países del mundo se enmarcan en una carrera contra el tiempo con límite de llegada en el año 2030. Esta carrera busca revertir esas condiciones de subdesarrollo y para esto se han establecido 17 categorías (u objetivos), que van desde poner fin a la pobreza, buscar la igualdad de género hasta la reducción de las desigualdades.
Un vaso con agua es la metáfora predilecta cuando se busca hablar sobre transparencia. Pero aún el vaso con el agua que pueda parecer más pura, necesita ser puesto bajo el mayor escrutinio posible para comprobar que no oculte impurezas, microbios y bacterias que afectan la salud. Dicho escrutinio no puede dejarse a cargo de las mismas manos que sirven el vaso, y es ahí donde la ciudadanía se convierte en el eslabón faltante para asegurar la transparencia.
El mismo presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, comentó “si una compañía quiebra en París o en Madrid, eso significa menos negocio en Pittsburgh o en Milwaukee”. Lo cual es un símil del proverbio chino “el aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del mundo”.
La crisis financiera iniciada en septiembre de 2008, sigue mostrando secuelas. Más recientemente estamos observando como el colapso financiero de China, está iniciando una nueva caída en los mercados internacionales.
El proyecto de presupuesto para 2016, ya se encuentra en manos de la Asamblea Legislativa, queda en ella la labor de hacer una revisión exhaustiva de cómo hacer, que ante las falencias ya conocidas, se le pueda sacar el máximo provecho a esta herramienta.
Observatorio fiscal centroamericano No. 31 época II Recientemente, la organización Global Financial Integrity (GFI) presentó su informe sobre los Flujos Financieros Ilícitos (FFI) en los países en desarrollo. Uno de los hallazgos más importantes de este informe es que entre 2004 y 2013 se estima que salieron cerca USD7.8 trillones en FFI de los países en desarrollo, lo que en términos reales significa un crecimiento anual de 6.5 por ciento.
Es evidente que no puede existir lo urbano sin lo rural y viceversa, pero esta distribución no debería de ser razón para la existencia de asimetrías.