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Gertrudis Calles: una servidora que está transformando el servicio policial, para enfrentar la violencia contra las mujeres

     

Martha (nombre ficticio) vivía al norte de San Salvador. Es una mujer de nacionalidad hondureña que sufría constantes agresiones físicas de parte de su pareja, con quien había procreado a dos de sus cuatro hijos. Violencia que llegó al extremo de poner su vida en grave peligro. Hasta que un día, el agresor fue capturado por la policía en flagrancia, y Martha tomó la decisión de dejar su casa. Y se fue junto con su madre y sus hijos a buscar apoyo a UNIMUJER-ODAC, la Unidad de atención especializada para las mujeres en situación de violencia.  

La violencia homicida, según datos oficiales, afecta más a hombres que a mujeres. Sin embargo, es necesario matizar sus particulares características; pues los homicidios de hombres suelen ocurrir en espacios públicos –porque muchas veces son crímenes asociados a pandillas-; el fenómeno está más en el ojo público, y provoca mucho más reacciones de la sociedad. En tanto, los feminicidios ocurren en el ámbito privado. Las cifras oficiales dan cuenta que 74% de las denuncias por violencia hacia las mujeres proviene de casos que ocurren en el ámbito familiar. Por tal motivo, es menos abordado por la sociedad como fenómeno social, y es posible que incluso existan sub-registros de estos hechos de violencia.

Para el 2017, ascendió a 469 las muertes violentas de mujeres, cifra que equivale a una tasa de 13.5 asesinatos por cada 100,000 habitantes. Mientras que en 2018, las cifras del primer trimestre superaron las del mismo período de 2017. Pero además de esta violencia en el ámbito privado, las pandillas también cobran vidas de mujeres, y lo hacen con un particular exceso de violencia. Según reportó el periódico New York Times (31/07/2017) las mujeres son utilizadas para venganzas entre grupos de pandillas, y comúnmente sufren violencia sexual además de homicidios.

Gertrudis Calles es la jefa de Atención Ciudadana, en la Policía Nacional Civil (PNC), y es una de las mujeres inspectoras que está trabajando para que en las sedes de la PNC de todo el país, exista una oficina de UNIMUJER-ODAC. Hasta el momento, existen 31, de las cuales 15 cuentan con una mesa de atención a víctimas, que son las que se encargan de articular acciones interinstitucionales para intervenir de forma más efectiva ante los hechos de violencia. Y precisamente, con estas coordinaciones se hizo posible el apoyo para la protección de Martha.

La posibilidad que ella tenía de salir de su situación de riesgo era regresar con su familia a Honduras. Sin embargo, requería el permiso del padre de sus hijos salvadoreños -su agresor- para poder sacarlos del país. Para ello, la mesa de atención a víctimas activó el trabajo de articulación interinstitucional, e involucró al Ministerio de Relaciones Exteriores, la Procuraduría General de la Nación, e incluso a la Embajada de Honduras en El Salvador. Con ello se logró que Martha pudiera regresar a Honduras y sentirse segura de nuevo. Esto, luego de una semana de gestiones coordinadas por UNIMUJER-ODAC, que durante ese tiempo le brindó un lugar de resguardo y alimentación; además de asegurarle atención médica y sicológica.

Dentro de los servicios que UNIMUJER-ODAC brinda a las mujeres víctimas de violencia, está la sala de recepción de denuncias. Sumado a una sala de escucha activa para atender a las mujeres que llegan en estado de crisis nerviosa; donde se proporciona un ambiente tranquilo para dar apoyo emocional a las víctimas. Y en cualquiera de estos dos espacios, se brinda a las mujeres la información sobre los derechos que las asisten. Se les da a conocer qué medidas de protección y de emergencia pueden tomarse; para luego coordinar acciones de carácter asistencial, tanto físico como psicológico. Las unidades especializadas cuentan también con un espacio de ludoteca, para que la niñez que acompañe a las mujeres que están recibiendo asistencia, puedan jugar y distraerse, y así no vuelvan a revivir los hechos de violencia.

La inspectora Gertrudis Calles ha laborado durante 2 años y 4 meses como jefa de Atención Ciudadana, y tiene 13 años de ser parte de la PNC.  Antes de desempeñar el cargo, estuvo atendiendo la oficina de denuncias del municipio de Colón, donde se desarrollaba el programa Ciudad Mujer -programa de atención integral a mujeres-, y de ahí se empezó a vincular al trabajo que hoy realiza: «Las historias que yo atendí de mujeres víctimas de violencia me llegaron al corazón… me tocaron», cuenta.

Gertrudis Calles tiene la meta de ampliar los servicios de UNIMUJER-ODAC, a un total de 100 sedes policiales, para lo cual está trabajando en la capacitación de personal sobre temas de atención especializada en casos de violencia contra las mujeres. Además, se encarga de la búsqueda de espacios físicos y equipamiento para las nuevas sedes. Sumado a la labor de monitorear el funcionamiento de las ya existentes, y de actualizar la formación del personal a cargo.

Para la inspectora, la especialización en temas de mujeres víctimas de violencia no es competencia solo para las mujeres que trabajan en la PNC. En una institución en la que su mayoría son hombres, busca que el personal que se encarga de la atención a mujeres víctimas de violencia, esté equilibrado entre mujeres y hombres: «Queremos romper ese paradigma que solo mujeres atienden mujeres. Además, hay compañeros que están muy empoderados, con los cursos de especialización y están en capacidad de atender estos casos», señala.

La iniciativa de UNIMUJER-ODAC responde a un mandato de la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, que entró en vigor en 2012. La inspectora Gertrudis Calles comenta que esta Ley mandata a diversas instancias estatales para contar con oficinas de atención especializada, y que la PNC fue la pionera en instalar estas unidades en sus sedes; pues en diciembre de 2011 ya contaban con estas unidades de atención a mujeres. Esto también como parte de la Política de equidad e igualdad de género de la PNC. Y sobre todo, se destaca el papel activo que tuvieron para impulsar la iniciativa, personas como la Inspectora Karina Benitez, quien fue la persona que empezó a buscar el apoyo para poner las unidades en funcionamiento, tiempo antes que entrara la Ley en vigor.

Para entonces, pocas personas creían en el proyecto: «No va a ser sostenible…  o ¿Dónde está ahí la igualdad y la equidad? eran los argumentos que les daban», cuenta la inspectora Calles. No obstante, con un esfuerzo de gestión financiera se obtuvieron los recursos – desde organismos internacionales- y lograron la instalación de las primeras UNIMUJER-ODAC.  Y a la fecha han logrado instalar 31 de estas unidades especializadas. Aunque aún con muchos desafíos por delante. Gertrudis Calles asegura que sólo cuentan con un centro de albergue para las mujeres que necesitan resguardarse. Y los lugares que otras instituciones les ofrecen, no tienen las condiciones óptimas para los casos que atienden.

Pese a los obstáculos, Gertrudis Calles mantiene el compromiso de seguir ampliando el servicio de los UNIMUJER-ODAC. Y afirma que el trabajo en favor de las mujeres que sufren violencia es algo que le da mucha satisfacción, y que ser parte de la PNC es su vida. «No me veo haciendo otra cosa más que ser policía. Aquí me siento feliz con mi trabajo, a pesar de todos los retos, todas las dificultades y todo el peligro que pueda existir. Siento que esta es mi cancha. Y el tema de atención a mujeres, me ha tocado profundamente y me ha apasionado» concluye.  

Este tipo de iniciativas son sin duda, un aporte novedoso al Estado. Que demuestran que los servicios públicos pueden adecuarse a las demandas de la población; y particularmente a las necesidades de la población vulnerable, como las mujeres que sufren violencia. Y por eso, el entusiasmo y determinación de la Inspectora Gertrudis Calles, nos hace reconocerla como una servidora con valor.