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Honduras: consecuencias del golpe de estado en Honduras, aún vigentes, incrementan las desigualdades económicas y políticas

Un estudio presentado este miércoles por la Fundación Heinrich Böll Stiftung -en un evento digital organizado por el Icefi- profundizó en las condiciones económicas y políticas en el país centroamericano tras el golpe de estado de 2009, cuyas consecuencias agravan las condiciones de vida de la mayoría de una sociedad afectada por la pandemia del Covid-19.


 

El documento intitulado Redes de poder político-económico en Honduras: un análisis post-golpe detalla en las consecuencias que dejó ese suceso y que se acentúan en medio de la crisis sanitaria que supone el Covid-19 en la región. Elaborado por el investigador social Harald Waxenecker, el estudio identifica las principales relaciones entre los grandes empresarios del país y su relación con el poder fáctico que compromete aún más la vulnerabilidad democrática del país.

Waxenecker revisó cómo se integran esas estructuras a diez años del golpe de estado, en donde se mantiene el vínculo de la acumulación económica y política con la consolidación de círculos de privilegios e impunidad. Esto, según el investigador, incrementa las desigualdades y asimetrías de poder. “Hay una buena parte de este conglomerado económico que se mantiene”, agregó.

El documento, disponible para descarga, se encuentra aquí.

Junto a la presentación también se llevó a cabo un foro en el que participaron Jennifer Ávila, periodista y directora de Contra Corriente; Ana Pineda, abogada en derechos humanos y derecho penal; y Hugo Noé Pino, economista y docente en Unitec.

Para Ávila, esas redes de poder político perjudican a la sociedad e incrementan la posibilidad de conflictos sociales en una Honduras en la que además persiste el narcotráfico, un elemento que afecta principalmente a las clases medias y bajas. “También hay que entender que un cambio de gobierno no reconfigurará el poder, ni tampoco el aceptar un gobierno autoritario que promueva un cambio de poder”, señaló.

En esa línea, Pino resaltó que “las posibilidades de construir una nueva Honduras pasan por modificaciones en el ámbito económico: el apoyo a la pequeña y mediana empresa, sectores campesinos… La configuración del poder político-económico es una construcción”. De acuerdo con el economista, la dinámica actual sólo favorece a un grupo reducido pero consolidado de redes económicas, con relación directa con el poder político.

Por su parte, Pineda consideró que este tema también plantea un reto para los derechos humanos luego que se opera para los intereses de pocos y no la mayoría. Además, subrayó que, si bien las condiciones en Honduras eran preocupantes aún antes de la pandemia, los efectos sociales y económicos del Covid-19 perjudicarán todavía más a la población.

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