

Icefi, Plan International y Paz Joven presentan el estudio «Rejuvenecer Guatemala: poner las finanzas públicas al servicio de la juventud»
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) en asocio con Plan International y Paz Joven, presentaron este miércoles 11 de mayo, el estudio Rejuvenecer Guatemala: poner las finanzas públicas al servicio de la juventud. Análisis para reflexionar sobre las inversiones públicas destinadas a las juventudes guatemaltecas, del 2015 al 2021. El trabajo contiene un análisis del marco legal vigente que promueve los derechos de las y los jóvenes; hace un repaso por los indicadores socioeconómicos y demográficos relacionados con las juventudes guatemaltecas y muestra los resultados de la estimación del gasto público destinado a adolescentes y jóvenes —del Gobierno Central y entidades descentralizadas—. El estudio contiene información vasta e innovadora para una reflexión social amplia sobre la necesidad y los mecanismos para de promover el bienestar de las juventudes guatemaltecas, lo que constituye una de las mayores apuestas sociales para la paz, la cohesión, el desarrollo y la democracia de Guatemala.
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- Documento - Rejuvenecer Guatemala: poner las finanzas públicas al servicio de la Juventud. Análisis para reflexionar sobre las inversiones públicas destinadas a las juventudes guatemaltecas, del 2015 al 2021
Las juventudes históricamente han constituido el mayor agente de cambio en las sociedades que han logrado altos niveles de desarrollo: tanto por su disposición a comprometerse con causas colectivas como por sus ánimos y voluntad en favor de la justicia, su capacidad para fomentar y adaptarse a los cambios tecnológicos y su actitud para el trabajo, el arte y la cultura. Aprovechar al máximo la fuerza de las juventudes requiere generar las condiciones para que todos los jóvenes tengan garantizado el goce de todos sus derechos, entre los que destacan el acceso a la salud —incluida la sexual y reproductiva— la alimentación, la educación, la capacitación, la cultura y el empleo.
La sociedad guatemalteca cuenta con el enorme e irrepetible privilegio de su juventud: una de cada tres personas tiene entre 13 y 29 años, es decir, son 5.7 millones de adolescentes y jóvenes. Sin embargo, el diagnóstico sobre su situación socioeconómica revela que su bienestar continúa dependiendo principalmente de la suerte familiar, lo que se correlaciona con la desigualdad y la exclusión social. Además, sus experiencias de vida suelen estar marcadas por un contexto social que incluye: violencias, racismo, machismo y una falta cotidiana de acceso a oportunidades formales de empleo y de acceso a la capacitación y educación formal. También se enfrentan a la estigmatización social (por género o por lugar de residencia), a la poca o nula protección social (acceso a la seguridad social), y a la dificultad por conseguir acceso a una salud sexual y reproductiva integral y oportuna, entre otros aspectos que marcarán para siempre sus vidas.
A nivel nacional, seis de cada diez jóvenes viven en condiciones de pobreza monetaria. Al profundizar el análisis se encuentra que ocho de cada diez jóvenes indígenas sobreviven en condiciones de pobreza; mientras, en el ámbito rural, la pobreza monetaria afecta la vida de tres de cada cuatro jóvenes. De acuerdo con el Índice de Pobreza Multidimensional de Guatemala (IPM-GT), elaborado por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), seis de cada diez jóvenes han sido privados del acceso a la salud, educación, seguridad alimentaria, vivienda adecuada, entre otros elementos básicos para su desarrollo, con significativas diferencias entre territorios. Los embarazos en adolescentes y jóvenes y la maternidad temprana constituyen un problema social y sanitario que afecta a miles de mujeres, poniendo en riesgo su salud, comprometiendo sus oportunidades de acceder a la educación y a trabajos decentes, lo que altera profundamente sus proyectos de vida. De acuerdo con el Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva (Osar), entre 2015 y 2020, se registraron 607,176 embarazos en adolescentes y jóvenes de 13 a 19 años.
En cuanto al trabajo, únicamente tres de cada diez jóvenes ocupados tienen algunas de las garantías laborales básicas —un contrato de trabajo, bonificación anual para trabajadores (bono 14) y aguinaldo—, y solamente dos están afiliados al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). El 32.6% de los jóvenes se ocupa en la agricultura o ganadería, mientras un 27.7% lo hace en el comercio, estas dos actividades ocupan a seis de cada diez jóvenes, subiendo a casi ocho para el rango de 13 a 15 años. Asimismo, se observa que uno de cada cuatro jóvenes, de entre 13 y 15 años, se encuentra económicamente activo e insertado de manera temprana en el mercado laboral. Otro elemento revelador del trabajo, remunerado y no remunerado, es que el 35.6% de las mujeres jóvenes realizan o buscan realizar actividades que les permitan generar ingresos monetarios. En contraste, el 69.5% de las mujeres jóvenes, que no están económicamente activas, tienen como actividad principal el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo cual evidencia la desigualdad en la distribución de estas labores, que recaen principalmente en ellas.
En el plano fiscal, el estudio es innovador para Guatemala al estimar la inversión pública en la juventud (Ipjuve) ejecutada por el Gobierno Central y las entidades descentralizadas, entre 2015 y 2021, exponiendo que la misma está siendo limitada e insuficiente, representando en promedio el 2.4% del PIB. A su vez, se observó que, en promedio el gobierno guatemalteco destinó de forma diaria a cada joven un monto de Q6.52 (lo que representa USD0.75 diarios), monto que a todas luces insuficiente para producir los bienes y servicios públicos necesarios para el desarrollo y bienestar de la juventud.
De cada Q100.0 del gasto público total, en promedio, sólo Q16.00 se destinan a intervenciones para las juventudes, muchas de las cuales son de forma indirecta y se concentran en educación (41.0%), principalmente educación universitaria, básica y primaria, quedando en un papel menos protagónico la educación diversificada y la capacitación; otro 24.0% en programas de salud, mientras un 16.2% se ha destinado a servicios de seguridad y justicia.
El estudio presentado el día de hoy, forma parte del proyecto «Rejuveneciendo Guatemala», un esfuerzo realizado en alianza entre Paz Joven, Plan Internacional Guatemala y el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), organizaciones comprometidas con ese urgente cambio social que solo se puede lograr por medio de la ampliación del conocimiento, la construcción de un lenguaje común frente a los retos sociales que enfrentamos, y la disposición al diálogo amplio, maduro y permanente. En ese sentido, el proyecto ha permitido a las tres instituciones conversar con jóvenes cuyas vidas se desarrollan a lo largo y ancho del territorio nacional, escuchar sus preocupaciones y sus ánimos por construir un mejor país.
La ciudadanía guatemalteca debe estar consciente de que Guatemala no siempre será un país de jóvenes, y lo que se haga hoy para promover y proteger la vida y las diversas aspiraciones de cada uno de ellos repercutirá en el futuro inmediato, no solo en la plenitud de su existencia individual, sino que constituirá la mayor apuesta social para la paz, la cohesión, el desarrollo y la democracia de Guatemala.