Las amnistías tributarias y el efecto en la moral tributaria
La eficacia del sistema tributario depende de percepciones. El contribuyente pagará sus obligaciones tributarias si confluyen tres principales percepciones: de que los recursos que dispone el Gobierno están siendo bien utilizados; de que la Administración Tributaria podrá descubrir rápidamente a aquellos que no cumplan con sus pagos, y de que el sistema tributario es justo, esto es que todos los contribuyentes pagan impuestos en forma completa y oportuna, no hay privilegios.
La aplicación de amnistías tributarias, definidas en la Enciclopedia de Tributación y Política Tributaria (2005) como (traducción libre): “Un programa que ofrece reducir las penas legales o financieras a aquellos contribuyentes que voluntariamente acuerdan pagar las obligaciones legales pasadas”, o por Laborda y Sauco (2002) como: “una medida o conjunto de medidas con el fin de condonar penas o sanciones de carácter civil o criminal a los contribuyentes, que admiten voluntariamente no haber pagado la deuda impositiva correspondiente a períodos precedentes -o haberlo hecho parcialmente- y que ahora declaran por entero”, entre muchas definiciones en la literatura especializada, juegan un papel importante en el fortalecimiento o debilitamiento de la moral tributaria, conforme lo evidencian numerosos estudios empíricos a nivel mundial por una enorme gama de autores.
Las amnistías tributarias tienen tres propósitos fundamentales: a) incrementar la recaudación en el corto plazo, b) permitir la regularización de los contribuyentes morosos con la esperanza que se conviertan en regulares, c) obtener información de los sujetos morosos que permita fortalecer la fiscalización.
La evidencia empírica muestra que sobre el primer propósito las amnistías tienen cierto resultado exitoso como consecuencia de que los morosos pagan los impuestos caídos, atendiendo al beneficio que se les ofrece. Sobre el tercer propósito la evidencia muestra que los beneficios dependen del tipo de contribuyente que se formaliza, y de donde si son intermediarios en las cadenas de comercialización, pueden dar mucha información nueva a las autoridades tributarias. El problema real de las amnistías tributarias está en la obtención del segundo objetivo y que puede tener un efecto desastroso sobre la moral tributaria. Si bien es cierto, un grupo de contribuyentes se regularizará, no existe garantía que mantendrán dicha condición en el largo plazo, especialmente si existe la práctica periódica de aprobar herramientas similares, por lo que lo más probable es que estarán a la espera de una nueva amnistía para regularizar sus futuros nuevos atrasos; sin embargo, existe un impacto severo sobre la moral tributaria de los contribuyentes cumplidos, los cuales terminan sintiéndose molestos por los beneficios otorgados a los morosos, e incluso caen en el riesgo de incorporarse a los no cumplidores.
El Ministro de Finanzas, sus asesores y representantes del Cacif manifestaron que el propósito de la exoneración de multas y sanciones aprobada (y que no aceptan como amnistía tributaria, lo que demuestra su poca especialización) es regularizar a los pequeños contribuyentes y aumentar la base tributaria, y que su objetivo no es recaudatorio. Sin embargo, de acuerdo a la experiencia bien podrían lograrse resultados contrarios… todo parece indicar que se logrará un incremento en la recaudación de corto plazo derivado del perdón tributario a aquellos grandes contribuyentes morosos que ha perseguido la SAT en los últimos tiempos, y que tiene muy preocupado al Cacif, pero el impacto sobre la moral tributaria y sobre la base tributaria puede ser negativo en el mediano y largo plazo, por lo podríamos esperar incluso un aumento de la evasión en los próximos años, tal y como se manifiesta a partir de 2013.
Esta columna fue publicada originalmente el 26 de mayo de 2017, en revista Contrapoder de Guatemala