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La cacería del ciervo

Dos individuos van a cazar porque necesitan alimentar a su pueblo. Cada uno elige cazar un ciervo o una liebre, sin conocer que es lo que cazará el otro. Si uno de ellos quiere cazar un ciervo, deberá cooperar con el otro para poder tener éxito. Mientras que individualmente pueden decidir cazar una liebre, pero la liebre alcanza para menos gente que un ciervo.

Lo anterior me parece una buena forma para describir la cercana discusión en torno al Presupuesto General del Estado para 2017, pero también la forma en que se buscará una salida para la difícil situación de las finanzas públicas del país. El FMLN y Arena deberán cooperar para alcanzar la mejor solución, o conformarse con salidas fáciles que solo perpetuarán y agravarán los problemas.

En esta ocasión, el ciervo hace referencia a un presupuesto que incluye todas las necesidades reales de gasto. En este se muestra de forma transparente el uso de los recursos, y se toma en consideración la implementación de medidas para afrontar la difícil situación social en la que se encuentra nuestra población. Pero además, el endeudamiento no es únicamente utilizado para cubrir la diferencia entre ingresos y gastos, sino que también busca convertirse en una herramienta para la realización de inversiones con un alto retorno social, que de otra forma no podrían ser realizadas. Un presupuesto en el que se estipulen medidas para mejorar la progresividad en el cobro de impuestos, al  tiempo en que se proponen medidas para reestructurar el sistema de pensiones, buscando el acceso universal al mismo  y un financiamiento  justo.

La liebre, por el contrario, vendría a ser un presupuesto a la vieja usanza. Con un mantenimiento de las metas de ingresos, sin plantear todas las necesidades de gasto, de manera que no sea necesario considerar todo el endeudamiento. Con poco margen de maniobra en su aplicación, y por tanto un presupuesto de sobrevivencia. Haciendo así que pueda ser aprobado (cazado) fácilmente.

En un contexto democrático y con una amplia visión sobre el rol del Estado, ambos cazadores estarían persiguiendo un ciervo. Sin embargo, nos encontramos ante dos cazadores completamente rivales, que parecen no estar dispuestos a cooperar. Por su parte el FMLN ya ha decidido cuál va a ser su cacería; y en los últimos días ha presentado un proyecto de presupuesto para el ejercicio 2017, con todas las características de una liebre.  No es del todo su culpa, pues ellos suponen -y con justa razón- que si decidieran cazar un ciervo no contarían con el apoyo de Arena.

Si decidieran cazar otra presa; una que implique la aplicación de un fuerte programa de austeridad y un posible aumento del IVA, el costo político de sanear las finanzas públicas sería asumido enteramente por el FMLN y la población. No obstante, Arena capitalizaría el hecho que apoyaron en la cacería.

La crítica situación de las finanzas públicas no parece influenciar las decisiones de ambos partidos. Mientras nuestra sociedad está necesitada de un presupuesto que permita crear las condiciones de vida dignas para todos los salvadoreños, los dos partidos políticos principales siguen persiguiendo liebres; por lo que no alcanzará para satisfacer sus intereses individuales. Es por eso que las próximas semanas son vitales para el futuro de nuestra sociedad. Durante éstas debemos exigir algo que alcance para el disfrute pleno de los derechos de todos los salvadoreños, o continuaremos con un hambre social generalizada.